"Vos no te vas
a morir"
me decía
mi mamá.
Mamá
me enseñó
que morirse es
dejar de estar parada
para después secarse.
Así quedó
el gomero
que dejamos
de regar
porque nos
fuimos a
la playa.
Cuando llegamos
todavía estaba,
pero sin respirar.
Ni siquiera
pudo ver los caracoles
que traíamos para embellecerlo.
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