lunes, octubre 04, 2010

Se llamaba Señora de Baudelaire.
Escribía sobre armas y tamariscos
y andaba en ojotas todo el año.

viernes, abril 23, 2010

(Las enumeraciones)
En la ruta se cuentan los caballos, las vacas,
el tiempo que pasa sin que circulen los autos.
Controlo las porciones de viento para que entren en mi boca:
respiro adentro de la bufanda y me siento en un microclima.
Parada con el sol de frente, mi ceguera es de felicidad.

miércoles, marzo 03, 2010



Oh, papi
no me digas todo de nuevo.
Te voy a arrancar de los movimientos
que hacés para vivir,
de la estructura pequeña.
Porque hay algo malo en vos,
una rara conciencia alejada
que rompe al mundo y gime.
No habrá ejercicios de resucitación.
 Y vas a llorar.

domingo, febrero 14, 2010





Cio Cio San reposa en el pasto como
una diosa embalsamada
nos miramos fijo,
ella pestanea primero y pierde.
Es un patio grande: suficiente para
sentir que estamos las dos, a la deriva.
Y hay un  sol recortado a mano,
 un redondel,
adentro mío,
escuchando nuestras oraciones.

lunes, enero 25, 2010



Mirábamos el cielo para buscar un E.T luminoso,
que nos regalara petardos que no quemaran el trigo.
A las tres de la mañana se apagaban las luces porque
el chancho sin cabeza no venía y ya
no era una amenaza.
Mi  cama estaba vieja y crujía.
En el cuarto de al lado,
ellos no paraban de reírse.

viernes, enero 22, 2010

voy a descarrilar,
me voy a descarrilar
y esa es la mejor postal que tengo de mí
toda estirada, a los tumbos,
con las ruedas para arriba.

jueves, enero 21, 2010

Noche previa. (relato de Juana Guaraglia).

La noche previa a las operaciones de mi madre y de Sarita, las del cuarto tememos por las dos. Una si muere, es la ley, la otra no tiene vuelta.
 Yo me tiendo en la cama de la paraguaya, pies contra cabeza, para acompañar la suerte.
 Jugamos a decir secretos de uno, cosas no contadas a nadie.
Profanamos recuerdos, desnudamos antiguas intenciones, burlamos lo sagrado.
Lúdicas, lujuriosas, como ninfas ofrendadas a las hogueras de Beltrán.

-¡Agua urgente, Sarita se ahoga!

Abren la puerta con brusquedad y prenden la luz.


-A ver si mañana se ríen tanto.


La enfermera más agria nos grita como a críos.
Pero ya desplazamos el miedo. Cada una hizo contacto con su mejor historia.
La ponzoña no halla vena y hasta dormimos y soñamos.