III
Como en el agua éramos felices
todo lo hacíamos en el agua.
Un pez gigante en el arroyo no existe
Un pez gigante en el arroyo de las tunas, sí existe.
Cuando hacíamos la plancha él pasaba
y ondeaba nuestros rostros
para convertirnos en niños temerosos
del gran monstruo marino.
Aguantando la respiración
se llegaba a formas no humanas
una piedra extraterrestre, por ejemplo.
Borradas las orillas,
desarrollamos el sentido de las algas y
nunca nos ahogamos.