martes, octubre 06, 2009


El mosquitero caía sobre mí como un tul de novia,
junto con  las moscas verde brillante.
Por entonces, la noche no crecía.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

y qué más? porque este poema pide una continuación, me parece.
la imagen es bien nítida, no hay que abandonarlo

Anónimo dijo...

y qué más? porque este poema pide una continuación, me parece.
la imagen es bien nítida, no hay que abandonarlo

Luciana Schubmann dijo...

viste, los poemas son hijos buenos, y nosotros, malos padres.
Gracias por el comentario, yo tengo en cuenta todo.