En el campo dicen que las liebres duermen con los ojos abiertos,
que escribir un poema es como pasar por un período de lactancia.
En la ruta, los autos esperan detrás de las cosechadoras
unos cinco minutos contados a dedo.
A trescientos metros sobre la banquina, una tolva
se quiebra.
2 comentarios:
Yo viajaba a tu lado cuando la vi quebrar
Me conmueve ese mercadito solitario contra el cielo, en la soledad más absoluta (por más que eso sea artificio de la foto...).
Genial el nombre, por supuesto!
Publicar un comentario